Te quería junto a mi, pero marchaste para siempre, y lo único que puedo hacer ahora es asumir que ya no volverás. Te mando un abrazo al cielo, y te digo, ¡feliz cumpleaños!
Hoy me recordé de las muchas veces que me apoyaste, y solo quiero agradecerte y pedirle a Dios que te llegue mi mensaje. ¡Feliz cumpleaños, papá! ¡Cada día te extraño más!