Vine a agradecerle

Dulce Pastor, apenas supe que hoy era su cumpleaños me dieron ganas involuntarias de venir a agradecerle por dedicar su vida a llevarme de la mano hasta nuestro Señor, por colmarme de sabiduría con sus palabras y por tener paciencia para hacerme entender y ver la vida de una forma diferente.
 
¡Feliz cumpleaños! Le deseo un día espectacular y feliz que pueda recordar toda la vida con mucho cariño.