Sopla las velitas y cierra fuerte los ojos

Sopla las velitas, hija,
y cierra fuerte los ojos
así como de pequeña, 
pues si lo pides con ilusión 
Dios te lo concederá. 

Ya no eres pequeña, 
pero en tu cara veo
a la niña que eras,
¡Cada año es más difícil!
pero aún existe en ti 
esa pureza encantadora. 

¡Que tengas un bello día!
¡Te adoro con el corazón!