Mis lágrimas cayeron de felicidad

La sorpresa que recibí cuando supe que estaba embarazada fue enorme. ¡Y cuando supe que era una niña mis lágrimas cayeron de felicidad! No podía creer que pronto estaría con el fruto de nuestro amor en brazos.

Mi entusiasmo por preparar tu llegada iba aumentando, al igual que la ansiedad cuando ya estabas por nacer. Cuando finalmente llegó el día, te amé como nunca había amado. ¡Eras la bebé perfecta! Todos en la familia quedaron encantados y querían cargarte.

Hoy nuevamente me lleno de emoción, pues cumples un añito más. ¡Feliz cumpleaños, hija de mi corazón! Pido a Dios que te cuide siempre y guíe tu camino para que todo lo que sueñes se haga realidad. ¡Ten presente que yo siempre estaré aquí para ti por si necesitas algún consejo, o una amiga con la que hablar! ¡Te quiero mucho, hija!