Te compré unas flores porque sé cuánto te gustaban

Te compré unas flores porque sé cuánto te gustaban, mamá, ¡Feliz cumpleaños! No pasa un día en el que no te extrañe y te recuerde. Te agradezco todo lo que hiciste por mí, tanta paciencia, consejos y noches de desvelo.

Cuando te recuerdo, en mi mente aparecen los mejores recuerdos, con tu cariño y abrazos siempre presentes. ¡Te dije muchas veces cuanto te quería y hoy te lo repito! Espero lo oigas desde el cielo.

Siempre voy a agradecer que Dios me haya dado una madre tan maravillosa que, aunque está en el cielo, me cuida.