Recuerdo con gran nitidez el día que llegaste a mi vida

Recuerdo con gran nitidez el día que llegaste a mi vida, eras un bebé hermoso, con una mirada limpia, y tus ojos transmitían un gran cariño. En ese preciso instante, pasaste a ser mi hijo, se creo nuestro vínculo de amor, que nunca se romperá.

Vas creciendo, y van pasando los años, y le hemos demostrado al mundo muchas cosas, pero la más importante es que el amor no viene definido por la sangre que compartimos, si no por los lazos que creamos. Te quiero muchísimo, hijo mío, ¡feliz cumpleaños!