Por primera vez en mis brazos

¡Feliz cumpleaños, hijo! Un día como hoy de hace 17 años, te sostenía por primera vez en mis brazos, y solo podía pensar en que la vida era un milagro. Hoy te miro también, continúo sintiendo que la vida es hermosa, y pienso en la suerte que tengo por tenerte como hijo.

Todo este tiempo ha sido verdaderamente hermoso, todo por lo que hemos pasado, cada una de tus conquistas, aquello que hemos aprendido juntos, o aquello que yo te he enseñado a ti y otras cosas que tu me enseñaste a ti. Todo, absolutamente todo, ha valido la pena, y deseo que continúe valiendo.