Llegaste a casa cuando ya había salido la luna

Llegaste a casa
cuando ya había
salido la luna,
y te canté
una canción de cuna.
Tus ojitos se cerraron
y te miré dormir plácidamente.
Estaba feliz,
me sentía valiente.
En ese momento ya creamos
nuestro lazo de amor
que perdura hasta
el día de hoy,
que deseo esté lleno
de felicidad, sorpresas y diversión.

¡Feliz cumpleaños, hijo!