Éramos inseparables en la infancia

¡Muchas felicidades, amiga! Éramos inseparables en la infancia y lo seguimos siendo ahora, con unos cuantos años más… Como bien sabes, de ti me gusta todo, tu alegría, tu sentido del humor, la empatía que tienes, y sobretodo, que siempre eres capaz de sacarme una sonrisa, hasta en el peor de mis días.

Como cada año, te deseo lo mejor, pues aquello que quiero para ti no cambia con los años, y es felicidad, cariño de los demás, fuerzas para conseguir todo lo que te propongas… Con estás palabras me despido, ¡y me voy a preparar para festejar!