Los amigos de la infancia no se pierden nunca

Creo con todo mi corazón que los amigos de la infancia no se pierden nunca, pues están siempre dentro de lo que somos y son una parte de aquello en lo que nos convertimos. Así, tú continúas formando parte de mi vida, querida amiga, y en un día tan valioso como este, quiero decirte… ¡feliz cumpleaños!

Esté año estamos más lejos de lo común y por ello no podré darte un abrazo en persona, ni formar parte de tu celebración. He decido entonces, enviarte por aquí ¡el mayor de los abrazos!